Aprendí a discutir en las calles de Flatbush, en Brooklyn, Nueva York. Por ser un <<Buen chico>> y no un <<matón>>, tuve que hacer algunas cosas para evitar que me machacaran la cabeza diario. De esta manera descubrí el poder de la discusión persuasiva. Posteriormente, en el Hunter College (ahora Lehman College) en el Bronx, pequeñas bandas de chavales solíamos pasar el rato en los pasillos planeando preguntas de doble sentido a profesores que no sospechaban nada. Pero cuando me hice mayor y empecé a enseñar me quedé sorprendido al descubrir que muy pocas personas saben realmente cómo escuchar y reaccionar en una discusión. Finalmente me marqué una misión: hacer del mundo un lugar más proclive a la crítica.
Con esta anécdota inicia el libro de Cómo convencer de Michael A. Gilbert. Si
bien en México la cultura del debate, la crítica y la argumentación es algo que
no se enseña con frecuencia en las preparatorias y en las universidades, debido a que
por lo regular es muy mal vista la crítica a las supuestas “figuras de
autoridad”. Sin embargo, esto sucede con mucha regularidad, pues por lo general
constantemente encontramos personas que hacen uso de las conocidas falacias (ad
hominen, ad baculum, ad ignorantiam, ad populum, ad vericudiam, etc.) Para muestra de ello
basta prender el televisor y escuchar las conversaciones y preguntas que se les
hace a los políticos, comentaristas, reporteros, actores, intelectuales, etc, a
las cuales evaden o en la mayoría de las veces no saben que contestar y
responde con algo que no viene al caso o con otra cosa que no tiene nada que
ver con la pregunta o el tema.
Por otro lado, en nuestra
actual sociedad “civilizada” se está acostumbrado a pensar o "creer"
en la famosa frase impositiva: “Yo estoy bien, tú estás mal”. Al parecer muchos desconocen o se olvidan de la palabra prudencia la cual en la alta edad media, refería a la recta ratio agibilium[1]. Por ello, ante esta
incesante ideología colectiva infundida muchas veces por los canales de
televisión tradicionales. Yo, como espectador; empezaba a dar por sentado que
la cultura del debate difícilmente podría ser cultivada en los medios de
comunicación que son los que muchas veces llegan a más personas. Pero como
suele suceder en algunas ocasiones, cometí el error de dar por sentada esta
sentencia como una verdad a priori, y para muestra de que estaba equivocado, hace unas
horas se presento un proyecto televisivo producido por UnoTv que lleva por
título UniVersus (universitarios versus universitarios) el cual sin duda, es
muestra de que se pueden hacer contenidos televisivos de muy buena calidad y es
por eso mismo que le doy la más grata bienvenida a dicho proyecto. Pues
proyectos como este son los que hacen falta en un país como México, donde
escasea la cultural del debate, la crítica y la argumentación.
Hay que tener en cuenta que muchos espectadores ya están hartos de los reality
shows como los de Laura Bozzo (Televisa) y Rocio Sanchez Azuara (Tv Azteca)
que solo entorpecen la capacidad crítica, argumentativa y moral de los
televidentes. Es hora de cambiar de canal (lo digo de manera literal pero
también de forma metafórica) para dar paso a otras propuestas televisivas, como
la que actualmente nos presenta UnoTv. Ya que lo que hace falta en la
televisión mexicana es frescura de contenidos y originalidad al momento de
presentar “x” o “y” proyecto televisivo. UniVersus es muestra de ello, pues no
solo posee frescura, originalidad y contenido crítico, también incentiva la
cultura del debate y de la autocrítica. Cabe señalar que lo mejor de este
programa es que la mayoría de los participantes son estudiantes universitarios
de diferentes Universidades, los cuales debatirán temas polémicos, coyunturales
y de interés social. Por lo cual, reitero; en México, se necesita tener y
proyectar en televisión abierta programas como estos que propone UnoTv. Y para
muestra de que es indispensable y necesario generar contenidos televisivos de calidad, citare a
Harry G. Frankfurt profesor de Filosofía de la Universidad de Princeton el cual dice lo siguiente:
No hace mucho, publiqué un ensayo sobre la
manipulación de la verdad, titulado On
BullShit (2005). En dicho ensayo, propuse un análisis provisional del
concepto bullshit; es decir,
especifique las condiciones necesarias y suficientes para aplicar el concepto
de manera adecuada. Mi postura era que los bullshitters,
manipuladores o charlatanes, aunque se presentaran como personas que
simplemente se limitan a transmitir información, en realidad se dedican a una
cosa muy distinta. Más bien, y fundamentalmente, son impostores y farsantes
que, cuando hablan, sólo pretenden manipular las opiniones y las actitudes de
las personas que les escuchan. Así pues, principalmente, su máxima preocupación
consiste en que lo que dicen logre el
objetivo de manipular a su audiencia. En consecuencia, el hecho de que lo que
digan sea verdadero o falso les resulta indiferente.[2]
Al parecer en México abundan muchos de estos farsantes
(sobre todo en los dos grandes monopolios televisivos) para muestra de ello,
basta sintonizar algún canal de televisión abierta y darse cuenta de que
estos charlatanes abundan en demasía. Por tal razón, hoy más que nunca es
momento de empezar a romper con estos marcos ideológicos que no benefician en
nada a México donde lo que hacen falta son personas críticas, propositivas y cultas. Es momento de dejar de ser, los televidentes que gustan de los programas sin
contenidos fuertemente racionales y laicos p. ej. La Rosa de Guadalupe o A
cada quien su santo, melodramas producidos por Televisa y TvAzteca. Basta decir, que aquella generación que creció
con la televisión y que se autoproclamo como los hijos de Televisa y de
TvAzteca, hoy tienen la opción y oportunidad de cortar el cordón umbilical que
los ata a esos programas poco culturales y educativos. Internet y la televisión
de paga, hoy en día le han abierto las puertas a esa generación que anhela
buscar nuevas formas de entretenimiento con mayor seriedad y con un dinamismo cultural
más innovador. Con base en esto, no por nada el directivo de UnoTv y UniVersus
dijo lo siguiente:
“El objetivo es difundir la cultura del debate como la
forma de resolver una controversia, expresar ideas e informar; un espacio de
liberación y formación publica de las nuevas generaciones”[3]
Saludos.
Atte. Héctor Fabián García.
Licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Iztapalapa.
Actual estudiante de Derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Azcapotzalco.
Actual estudiante de Derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Azcapotzalco.
Twitter: @fabianhgarcia
[1] La Prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y
con cautela, definida por los Escolásticos como la recta ratio agibilium (recta razón de las cosas que hay que hacer),
para diferenciarla del arte recta
ratio factibilium. También se entiende como la virtud de comunicarse con los demás por
medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado, así como actuar
respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas. Actualmente se
ha impuesto el significado de actuar con precaución para evitar posibles daños
de “x” o “y” índole.
[2]
Frankfurt, Harry G. Sobre la Verdad. Paidos,
España, 2007.